Poniendo fin a la corrupción: un compromiso con la transparencia y la participación ciudadana
Si algo desvirtúa la política es la corrupción. Más que la falta de diálogo, de seriedad o de compromiso que ya caracterizan la política española, la corrupción mina cualquier confianza que la ciudadanía pueda tener en las instituciones que deberían velar por sus intereses, alimentando así la desesperanza por nuestro sistema democrático.
Según el último informe de Transparency International, España se ha estancado en su lucha por la prevención y la erradicación de la corrupción, la cual sigue siendo un grave problema en nuestra sociedad. En los últimos años no se han hecho avances en la buena dirección, y los partidos tradicionales siguen sin poner el foco en esta problemática. En Volt España estamos comprometidos con la transparencia, la buena gobernanza y la participación ciudadana, y consideramos que la respuesta a la corrupción debe incluir una mayor transparencia, más sistemas de control y castigo, y por último, una mayor participación ciudadana.
En España, a pesar de la Ley de Transparencia de 2013, que no ha sido renovada, el acceso a la información sigue siendo lento y difícil. Y aun cuando se accede a la información, esta no es necesariamente fácil de entender. El acceso a la información, ya sea de partidos políticos, instituciones, o empresas, debe ser sencillo, rápido y comprensible, con el fin de facilitar a la ciudadanía … En este sentido, debemos impulsar la digitalización de las administraciones. Otra de nuestras propuestas más necesarias es la de regulación de los lobbies. Los grupos de interés (lobbies), son elementos fundamentales de cualquier democracia, pero su función debe ser transparente. Los representantes políticos o funcionarios de la administración pública tienen que registrar sus encuentros con los lobbies, no sólo informando de las reuniones, sino también del contenido de las mismas. Por último, proponemos incrementar la protección a aquellas personas que denuncien casos de corrupción. Estas son algunas propuestas que ya han hecho otros partidos, y que sin embargo han quedado relegadas a una frase en su programa electoral. Por eso, pedimos compromiso para hacer frente a la lacra que supone la corrupción en España, y aportamos otras propuestas para hacerlo desde el ámbito europeo.
Desde Volt España, abogamos por vincular la financiación de proyectos de la UE con los esfuerzos nacionales para combatir la corrupción. Aquellos Estados miembros que luchen contra la corrupción serán recompensados por sus esfuerzos, mientras que aquellos que no lo hagan serán sancionados. Además, también proponemos otorgar nuevos poderes de investigación a la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y la Fiscalía Europea (EPPO), y aumentar las competencias del Defensor del Pueblo Europeo para incluir la investigación de la gestión sospechosa de los fondos públicos.
Además, proponemos que el organismo ético de la UE (EU Ethics Body) sea más ambicioso, y que actúe como un vigilante dedicado para investigar y adjudicar casos de conducta ética cuestionable, conflictos de interés y violaciones de integridad dentro de las instituciones de la UE. La transparencia también desempeña un papel crucial; debemos ofrecer informes detallados y comprensibles sobre la asignación y el uso de fondos destinados a los funcionarios electos de la UE, así como apoyar la divulgación de ingresos y activos de todos los funcionarios electos de la UE.
Sin embargo, más allá de estas reformas institucionales, también debemos empoderar a la ciudadanía. La participación ciudadana es clave para restaurar la confianza perdida en las instituciones y la política. Proponemos el uso de las asambleas ciudadanas y de los presupuestos participativos para asegurar que la ciudadanía tenga voz en la toma de decisiones. Además, es fundamental fortalecer los medios de comunicación y la sociedad civil para que actúen como guardianes contra la corrupción.
Es nuestro deber y nuestra responsabilidad construir un sistema democrático que realmente sirva y represente a la ciudadanía. Por ello, la corrupción no tiene cabida.