Un “New Deal” para Europa
La visión de Volt Europa para un poscovid-19 justo y verde y medidas de inversión para desarrollo digital
Europa va a necesitar una respuesta mucho más ambiciosa para enfrentarse a las consecuencias que la pandemia de covid-19 va a tener para nuestra economía que el compromiso alcanzado por el Eurogrupo el pasado 9 de abril. Por eso, Volt lanza una propuesta visionaria para combatir las repercusiones de la covid-19 : un Tesoro europeo, con el apoyo a largo plazo de los Estados miembros y que administra el presupuesto de la UE. Queremos empoderar a la UE y luchar contra esta crisis por toda Europa.
El impacto del ataque inesperado que ha supuesto la covid-19 en nuestras economías y sociedades ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de empezar a dar pasos de manera proactiva hacia a una integración financiera europea a largo plazo. Sin estos pasos, los estados miembros que han sido alcanzados por la crisis encontrándose en un situación previa de alto endeudamiento que frenaba su crecimiento económico, puede que salgan de ella con niveles aún más altos de endeudamiento. Debido al poco margen de maniobra fiscal, estos países no tendrán los medios para invertir en una mayor preparación para generar resiliencia ante posibles crisis futuras. Esto, unido a un lento crecimiento, al alto coste del pago de la deuda y a la más alta probabilidad de futuros problemas políticos y financieros en estos Estados miembros, acabará afectando a todos los miembros de la unión. Creemos que se debe romper este círculo viciosos mejorando proactivamente la unión ahora.
Hasta ahora, ha sido principalmente el Banco Central Europeo (ECB) el que ha tomado medidas para estabilizar la economía europea como un todo a través de su programa de comprar de activos. Nos alegran estas medidas del BCE que son preferibles a la inacción monetaria y fiscal por parte de Europa o al riesgo de una depresión en Europa, pero nos preocupa la ilegitimidad política que supone ampliar aún más el mandato del BCE.
De facto, aunque los Estados miembros no alcanzan un acuerdo sobre la creación de deuda conjunta, las obligaciones de deuda de los estados miembros ya está siendo soportada de manera conjunta a través del Eurosistema. Sin haber aprendido las lecciones del pasado, los egoísmos nacionales han impedido una vez más que se tomara una respuesta eficaz y se ha reducido la capacidad de la Eurozona de recuperarse del coronavirus. Nuestra propuesta se tiene que entender como los primeros pasos hacía una unión fiscal legitimada democráticamente, controlada por los diputados del parlamento europeo que se deben a sus electores y que actuarán para defender los intereses de los ciudadano europeos y al mismo tiempo proporcionar la inversión que es tan necesaria para revitalizar la economía europea después de la crisis.
Si Europa aprende la lección de esta crisis, se beneficiará mucho en una integración futura. El Euro mejorará su posición en el mercado internacional de divisas, los bonos del tesoro de la UE se podrían instaurar como un activo seguro para la economía europea a la par con el dólar y los bonos del tesoro de EEUU. Una mayor cohesión e integración fortalecería el mercado único y proporcionaría la coyuntura necesaria para, a la larga, volver a situar el endeudamiento europeo en un nivel sostenible. Nuestras medidas para la inversión se enfocan a sectores e industrias del futuro y a la cohesión social y económica de Europa para asegurar que después de esta profunda crisis Europa se encaminará a convertirse en una sociedad más progresista, sostenible y justa.
En su comunicado del 9 de abril, el Eurogrupo estableció que tiene que haber un “fondo Europeo para la recuperación” una más amplia “ hoja de ruta, y un plan de acción para apoyar la recuperación de la economía europea”. Además es necesario hablar de “instrumentos financieros innovadores” para financiar todas estas iniciativas.
Aunque estas propuestas son todavía demasiado vagas e inciertas para que se materialicen, nos satisface el espíritu en el que se basan. En vistas a la reunión del Consejo Europeo del 23 de abril, cuyo orden del día incluye estas iniciativas, queremos presentar el plan de Volt para un paquete de medidas para la inversión. Este plan revitalizará la actividad económica y el empleo de manera duradera, ecológicamente sostenible, y socialmente justa.
Un paquete de medidas de inversión para la economía Europea del futuro
El total de inversión de la UE después de la pandemia de covid-19 tiene que ser de un tamaño considerable, es decir, alrededor del 10% del PIB[1] europeo. Tiene que ir destinado a industrias que nos ayuden en la transición a una economía europea que sea sostenible, circular, innovadora y competitiva. Además, queremos que este paquete de medidas introduzca un estándar mínimo europeo laboral y sanitario financiado por la UE y que por tanto alivie la presión en los sistemas sociales de los Estados miembros, especialmente de los que han sido más golpeados por esta crisis. El paquete de inversiones tiene que enfocarse principalmente en iniciativas y proyectos que conduzcan o que apoyen la transición a una economía verde[2] (sin emisiones de carbono) y el establecimiento de una red de protección social europea. Se tiene que invertir en movilidad sostenible, energías renovables, renovación de edificios, investigación e innovación, recuperación de biodiversidad, economía circular, sistemas de seguridad ante el desempleo, alivio de la pobreza, prestaciones para la infancia y compensaciones por baja familiar remunerada.
Se tienen que priorizar 6 objetivos generales:
La introducción a gran escala de energía sostenible y renovable en el sistema energético europeo que debe adelantarse mediante la integración transfronteriza de redes de transmisión y mercados energéticos. Lo ideal sería no dedicar ni un céntimo a industrias con altas emisiones de carbono que pertenecen al pasado
La inversión en redes verdes de transporte europeo como conexiones a larga distancia, trenes nocturnos, y líneas férreas de alta velocidad que conecten las regiones de Europa a través de las fronteras nacionales.
El establecimiento y la adopción de la infraestructura digital tan necesaria para apoyar a la emprendeduría y la movilidad innovadoras así como a una administración más inteligente y eficiente. La covid-19 nos ha mostrado lo esencial que es para la gente poder tele-trabajar y conectarse con los demás online. Habilitar una fuerza de trabajo digital y flexible puede ser una fortaleza pan-europea que aumente la cohesión de toda Europa. Con el espíritu de fortalecer la cohesión europea, las inversiones se tienen que destinar predominantemente a regiones en las que la estructura económica sea débil, en las que el golpe de la pandemia haya sido más duro y con un enfoque en proyectos cuyo impacto alcance a toda Europa.
El desarrollo de la capacidad de resiliencia mediante un fortalecida colaboración europea en planificación para la respuesta a emergencias y mediante la adopción de medidas para mitigar los riesgos provocados por el cambio climático. Esto es necesario para coordinar la acción entre países europeos para enfrentarse a emergencias comunes como emergencias sanitarias, crisis financieras, crisis climáticas ( ej. Incendios forestales, inundaciones, sequías), accidentes nucleares y crisis de refugiados. Como consecuencia directa de la covid-19 necesitamos la cooperación entre proveedores de servicios sanitarios para profundizar de manera efectiva las capacidades de reserva.
La creación de una red de protección social europea estableciendo un sistema de seguro de desempleo[3] que permita el establecimiento de una Renta Mínima Garantizada y un sistema de ayudas a la infancia[4] y el establecimiento de un sistema europeo para la formación continua[5] Estos programas deberían prestar especial atención a los trabajadores que hayan perdido su empleo debido a la superación de industrias con altas emisiones de carbono o debido a la automatización. Queremos implementar el “Tiempo de trabajo familiar” a continuación de la baja parental para permitir a los dos progenitores la vuelta al trabajo empezando a media jornada y con una compensación por la reducción de ingresos.
La coordinación de políticas y sistemas sanitarios para asegurar la cobertura universal y el acceso a la sanidad en toda Europa. Queremos que Europa trabaje para conseguir un sistema sanitario eficiente y de alta calidad lo cual requiere una continua optimización y la coordinación y cooperación entre instituciones públicas, proveedores de salud y agentes del mercado. Dada la multiplicidad de sistemas en todo el continente, estamos convencidos de que una óptima coordinación y división de las tareas público-privada se tiene que determinar país a país y caso a caso. Sin embargo, la actual crisis sanitaria nos está demostrando que tenemos que mejorar la coordinación y la convergencia hacia unos estándares sanitarios similares.
En conjunto, estas medidas constituyen un auténtico “New Deal” para Europa, un contrato entre todos los ciudadanos europeos que les ofrece la perspectiva de una sociedad europea justa y sostenible. La inversión en una economía verde sostenible y en un transporte europeo y una infraestructura digital asegura que durante la post-crisis continuaremos encaminándonos a una Europa decidida a ofrecer a sus ciudadanos empleos sostenibles y de calidad en el futuro. Además, los amplios programas sociales que proponemos aseguran que nuestra economía no solo será innovadora, sino también justa. Pasada la crisis, la inversión irá a las regiones que más la necesitan, es decir, aquellas en las que el desempleo es más alto, el sistema sanitario esté tensionado y haya alto riesgo de pobreza entre la población.
Para supervisar y gestionar este paquete de medidas y la recién establecida red de protección social proponemos que se establezca un Tesoro Europeo encabezado por un Ministro Europeo de Finanzas que actuará en nombre de los Estados miembros y que responderá al Parlamento Europeo – una propuesta que Volt ya hizo en su Declaración de Amsterdam de 2019. Este Tesoro de la UE debería gestionar un presupuesto ampliado de la UE y emitir deuda para financiar el paquete de medidas de inversión. Para poder pagar esta deuda los Estados miembros se tienen que comprometer a dedicar al Tesoro Europeo una parte de sus ingresos durante al menos 50 años para asegurar el bajo interés de la deuda emitida. Se tienen que comprometer además a adelantar capital y a otorgarle al Tesoro la autoridad para solicitar transferencias en cualquier momento para poder hacer frente a necesidades de pago de deuda. Más adelante, a medida que la integración fiscal progrese, estas obligaciones a largo plazo de los Estados miembros pueden ser substituidas por auténticos impuestos de la UE que la UE grava y recauda. Como posibles candidatos para este impuesto tenemos una tasa digital europea, una tasa al carbono o un impuesto de sociedades.
Volt contempla que este recién instaurado Ministro de Finanzas Europeo establezca una agenda para la asignación de los recursos de este paquete usando los fondos proporcionados y garantizados por el Tesoro Europeo y los Estados miembros. Esta asignación deberá ser a continuación adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo.
El establecimiento de un Tesoro de la UE es tan solo el primer paso que necesitamos dar hacía una economía europea integrada. A largo plazo contemplamos una completa unión bancaria con el bono del Tesoro Europeo como un activo seguro para romper la espiral negativa del sistema bancario ligado a las finanzas públicas nacionales. Contemplamos una auténtica unión fiscal y reformas en todos los Estados miembros para alcanzar unas condiciones competitivas, innovadoras y justas para una economía sostenible al servicio del bienestar de los ciudadanos. Todos estos pasos se tendrán que dar algún día y todo paso puede ser en vano o incluso contraproducente si se da sin contar con los demás. Como europeos estamos preparados para aceptar este desafío y preparar el terreno hoy para plantar cara con decisión a las crisis del futuro como una unión.
[1] Consideramos que este paquete de inversión es la dotación para todas las medidas propuestas y que fueron sugeridas por la Comisión con varios nombres como “Green deal”, “Marshall Plan”, y para las propuestas de inversión del Parlamento Europeo.
[2] Nuestro objetivo es reducir la emisión neta de gases de efecto invernadero de la UE como mínimo a un 80% en relación a 2019 de aquí a 2030 y en un 100% en 2040 para que la UE alcance las 0 emisiones y contribuya de modo justo a alcanzar el límite de 1,5º de calentamiento global en 2100 con una oportunidad del 66%
[3] Básicamente una versión más ambiciosa y permanente del programa SURE que ha propuesto la Comisión
[4] Proponemos inicialmente el establecimiento de un objetivo modesto de un umbral de pobreza equivalente al 40% de la renta media nacional (“pobreza extrema”).
[5] Este incluiría programas financiados de formación en nuevas herramientas y tecnologías y asesoramiento.