Camino a la Prosperidad
Problema
El marco económico europeo actual no logra ofrecer bases sostenibles, innovadoras y equitativas para la prosperidad y el bienestar. Históricamente, el crecimiento económico se ha medido principalmente por la expansión del PIB, descuidando las dimensiones vitales de la sostenibilidad ambiental y el bienestar social. A pesar de que nuestro crecimiento generó prosperidad, no ha logrado catalizar el surgimiento de industrias transformadoras y competitivas cruciales para mantener una autonomía estratégica abierta en nuestro panorama geopolítico en constante cambio.
Nuestra gran dependencia de motores de crecimiento insostenibles nos ha atrapado en una red de dependencia de productos baratos y poco ecológicos, como los combustibles fósiles y la extracción de recursos. Si bien reconocemos el papel del comercio abierto en el bienestar de la sociedad, nuestra dependencia de bienes críticos importados, como materias primas, energía y suministros médicos, ha amplificado las vulnerabilidades económicas y geopolíticas, especialmente hacia los regímenes autoritarios.
Europa ha sido lenta a la hora de adoptar la innovación e invertir en investigación, particularmente en sus Estados del este y del sur. Además, la transformación de las inversiones en investigación en avances económicos y sociales tangibles es más lenta de lo que debería. Dar prioridad a la investigación y la innovación es fundamental para fomentar las industrias europeas y al mismo tiempo abordar desafíos sociales globales como el cambio climático, la digitalización y las amenazas a la salud.
El contrato social existente ya no es efectivo y la actual crisis del coste de vida aumenta la polarización social y pone en peligro la cohesión y la estabilidad de nuestras democracias. La creciente brecha de riqueza pone a prueba la unidad y la solidaridad, lo que genera discordia política. Creemos que Europa tiene el potencial de volverse más limpia, más innovadora y socialmente equitativa.
Nuestra visión es un cambio significativo en nuestro paradigma económico, uno que apoye la transformación digital y ecológica y contribuya a la prosperidad sostenible global. Nuestro modelo económico debe alinearse con las fronteras de nuestro planeta, preservar el equilibrio económico global y fomentar la cohesión social y la resiliencia de la sociedad. Nuestra Ley de Empleos Prósperos y Equidad en la Riqueza complementa la Ley actual, logrando esta visión a través de una serie de medidas audaces e innovadoras que redefinen la gobernanza, defienden un enfoque económico paneuropeo y fortalecen la red de seguridad social para todos los ciudadanos europeos en nuestro camino hacia una prosperidad compartida.
Propuestas de Volt
Un nuevo paradigma económico
Para lograr un marco económico progresista, proponemos:
Crear un indicador del PIB actualizado, ajustándolo para incluir la contabilidad del capital natural, que abarque la extracción, el agotamiento y la desregulación del capital natural en la actividad económica.
Complementar el PIB con indicadores de calidad de vida e indicadores de bienestar, como empleo, salud física y mental, recreación y tiempo libre.
Incrementar los esfuerzos en las instituciones europeas para coordinar la recopilación y el uso de datos para la creación de indicadores económicos más sostenibles.
Utilizar indicadores de sostenibilidad y calidad de vida como KPIs para la política de la UE y la aplicación de las reglas fiscales europeas, el presupuesto de la UE y los procesos del Semestre Europeo.
Inversión en la industria del futuro
Triplicaremos el compromiso con Horizonte Europa para financiar programas de investigación e innovación que aborden el cambio climático, ayuden a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU e impulsen la competitividad y el crecimiento de la UE. Esto será fundamental para establecer una inversión público-privada paneuropea y liderada por la UE que beneficie a todos los Estados miembros.
A través de este programa proponemos:
Invertir más en innovación de bienes públicos y servicios financiados por el Estado que han estado marginados durante demasiado tiempo. La salud, la educación, la ciberseguridad, la inteligencia artificial centrada en el ser humano, la microtecnología y las redes deben funcionar para la ciudadanía de la UE y orientarse hacia proyectos con un claro enfoque en la sostenibilidad y el crecimiento verde.
Apoyar con más fondos programas que mejoren la digitalización de nuestros procesos y funciones públicas, como detallamos en la Ley de Prosperidad Compartida.
Desarrollar investigaciones en áreas de sostenibilidad críticas y subdesarrolladas como se detalla en la Ley de Transición Climática y la Ley de Ecosistemas Saludables.
Crear una base industrial europea de defensa para apoyar la creación de unas Fuerzas Armadas europeas eficaces, como defendemos en la Ley de Asuntos Exteriores y Defensa.
Crearemos clusters industriales innovadores y competitivos en lugar de un único núcleo industrial. Garantizar que nuestras decisiones sigan una estrategia geográfica que permita proyectos de infraestructura europeos beneficiosos sin el veto de los Estados miembros.
Estableceremos un programa de riesgo europeo a gran escala para adquirir y proporcionar capital de riesgo público y privado para ayudar a llevar productos y servicios europeos innovadores al mercado global. Esto debería administrarse a través del Fondo Europeo de Inversiones.
Para apoyar esta ambiciosa agenda, proponemos triplicar el presupuesto de la UE en siete años hasta alcanzar los 3 billones de euros, recurriendo a nueva deuda e impuestos europeos, como se detalla en la Ley de Reforma de Europa.
Una condición necesaria para esta inversión es la mejora de la educación y las cualificaciones de los ciudadanos europeos, como se detalla en la Ley de Prosperidad Compartida.
Economía verde
Implementaremos un precio del carbono que se integre en todos los sectores de la economía y que los ingresos se reorienten hacia inversiones verdes, como se detalla en la Ley de Transición Climática.
Proponemos estándares regulatorios para prohibir la obsolescencia programada, promover prácticas circulares y reducir la huella material.
Ampliaremos el objetivo del 20% de producción de semiconductores en la UE de aquí a 2030 a electrolizadores, inversores, baterías y componentes críticos para paneles solares y turbinas eólicas.
Garantizaremos la disponibilidad de materias primas y ampliar la Ley de Materias Primas Críticas para incluir licencias obligatorias para permitir la exportación de recursos críticos.
Transformación digital centrada en las personas
Introduciremos legislación para facilitar la evolución de la tecnología digital de una manera que defienda los valores europeos y cree industrias del futuro en Europa, centrándose en seis principios:
La seguridad de la tecnología, por ejemplo, garantizando un protocolo criptográfico poscuántico para todas las organizaciones dentro de la UE y auditorías obligatorias de terceros sobre la seguridad de los sistemas de IA.
La accesibilidad y la tecnología de código abierto, por ejemplo, evitando legislación que obstaculice las contribuciones de código abierto o amenace la neutralidad de la red.
La sostenibilidad y durabilidad, a través de un verdadero 'derecho a reparar' y requisitos de transparencia sobre la huella ecológica.
Un gravámen justo de las tecnologías digitales, en función de dónde se generan los ingresos del producto digital.
La orientación y el apoyo al emprendimiento, como entornos regulatorios y programas de financiación que apoyen a las empresas en el cumplimiento tecnológico.
La soberanía con cooperación global, para tomar medidas contra las aplicaciones poco éticas de IA provenientes de fuera de la UE.
Institucionalización de nuestros planes de inversión europeos
Actualmente, la UE ejecuta varios programas con los que promueve y permite el desarrollo económico, así como objetivos sociales y medioambientales. Proponemos:
Hacer del Mecanismo de Resiliencia y Recuperación, el mayor de estos fondos, un elemento permanente de las negociaciones sobre el próximo marco financiero plurianual. La iteración debería centrarse en la autonomía estratégica de la UE fortaleciendo nuestras cadenas de suministro y subsidiando la repatriación de bienes y materias primas críticas.
Ampliar y fortalecer los programas que brindan apoyo a las pequeñas y medianas empresas, como InvestEU, especialmente aquellas que muestran modelos de negocios innovadores y proporcionan bienes críticos. Las inversiones deben seleccionarse considerando cómo fortalecer las áreas que han sido afectadas por la emigración (“fuga de cerebros”) para contrarrestar el status quo centro-periferia de la economía europea.
Impedir que los programas de inversión europeos financiados por los contribuyentes se utilicen para importar bienes y servicios de importancia estratégica crítica para la autonomía económica de la UE desde fuera del EEE. Estas importaciones crean dependencia de bienes y servicios extranjeros, lo que contradice nuestro objetivo deseado de mayor autonomía estratégica. Deben existir normas claras para impedir el gasto de fondos europeos en tales importaciones estratégicas.
Un mercado europeo profundamente integrado
Para defender la integración de los mercados europeos, especialmente los mercados financieros, debemos asegurarnos de que las empresas de Europa del Este tengan el mismo potencial de financiación que los de Europa Occidental.
Apoyaremos la continua armonización e integración de la supervisión y regulación europeas mediante la finalización de la Unión Bancaria y de los Mercados de Capitales e introducir seguros de depósitos europeos y valores respaldados por bonos soberanos para proporcionar activos más seguros a los bancos para respaldar los depósitos seguros.
En el medio plazo, aseguraremos que los activos seguros europeos estén respaldados por deuda soberana emitida por la UE y respaldados por deuda e impuestos europeos.
Desarrollaremos aún más nuestros mercados de capital para la financiación y el ahorro tanto de deuda como de capital, especialmente para nuestras pequeñas y medianas empresas, y facilitar la obtención de capital a través de instrumentos financieros alternativos, como el crowdfunding y los préstamos entre pares.
Es necesario que fortalezcamos las normas de gobierno corporativo para reducir el riesgo de fraude por mala gestión y frenar la especulación excesiva mediante un sistema tributario justo. Los requisitos de capital para los bancos deberían aumentar aún más para no proporcionar subsidios excesivos de los contribuyentes a los bancos.
Comercio, Sostenibilidad y Derechos Humanos
Incorporaremos la obligatoriedad de los derechos humanos y la sostenibilidad ecológica en todos los acuerdos comerciales y revisaremos los acuerdos y las negociaciones si se identifican violaciones constantes.
Tomaremos medidas para monitorear e identificar productos fabricados con trabajo forzoso y evitar que ingresen al mercado de la UE.
Supervisaremos que los acuerdos comerciales consideren las realidades económicas de terceros países y beneficien a ambas partes.
Protección de la infraestructura crítica
Promovemos una definición amplia de infraestructura crítica europea, incluidos sistemas de transporte, infraestructura de aguas y residuos, servicios sanitarios y de salud pública, redes de energía, puertos, aeropuertos, plantas de energía nuclear, redes de comunicación digital, centros de datos, cables de red, tierras cultivables e instalaciones químicas.
La UE debería priorizar la inversión en proyectos críticos de infraestructura paneuropea, incluido un compromiso renovado con las Redes Transeuropeas de Transporte (RTE-T) duplicando el instrumento de financiación del Mecanismo Conectar Europa (MCE).
Actualmente, la UE no puede impedir inversiones extranjeras directas (IED) potencialmente peligrosas en infraestructuras críticas y los mecanismos de control de la IED de los Estados miembros son heterogéneos y carecen de coherencia desde una perspectiva europea. Para garantizar que la UE conserve la autonomía necesaria, debería tener el derecho de impedir la IED en la economía europea o el uso de piezas producidas en el extranjero en infraestructuras críticas si concluye que representan un riesgo para la seguridad. Además, la UE debería conservar el derecho de comprar directamente cualquier activo que se vaya a vender a un comprador extranjero si dicha venta planteara un riesgo para la seguridad.
Pagos y servicios financieros seguros y competitivos
Queremos que la ciudadanía y las empresas de la UE tengan las mejores opciones posibles para pagos y servicios financieros digitales. Los servicios de pago deben ser seguros y asequibles. El sistema de pagos de la UE es de clase mundial en seguridad, pero actualmente el mercado de pagos y servicios financieros no es competitivo y está dominado por unos pocos grandes actores que cobran altas tarifas de transacción.
Por lo tanto, debemos:
Garantizar la competencia en el mercado de servicios financieros para el consumo e incentivar la adopción de productos de tecnología financiera útiles, como pagos con tarjeta no exclusivos o transferencias bancarias instantáneas.
Iniciar procedimientos antimonopolio en los casos en que el mercado sea capturado por un pequeño número de empresas dominantes.
Considerar el establecimiento de una corporación pública europea de procesamiento de pagos, como contrapeso a las grandes empresas estadounidenses de procesamiento de pagos si se descubre que utilizan una posición dominante en el mercado para cobrar tarifas excesivas.
Apoyar la introducción de un euro digital, con el objetivo de introducir un medio de pago útil para los no bancarizados y crear presión competitiva en el mercado de depósitos y pagos. Esto no debería tener límites de tenencia e incluir el pago de remuneraciones.
Salvaguardar la posición del efectivo como moneda de curso legal en nuestra sociedad pero limitar las transacciones inmobiliarias en efectivo para evitar el blanqueo de dinero.
Lucha contra la evasión y elusión fiscal
La evasión y elusión fiscal están muy extendidas en la UE debido a la competencia fiscal desleal entre los Estados miembros. A menudo, las grandes empresas internacionales pueden evadir impuestos, mientras que las pequeñas y medianas empresas pagan la parte que les corresponde. Para combatir esto, debemos:
Armonizar la tributación corporativa mediante el uso de una base impositiva consolidada común para el impuesto de sociedades en la UE e introducir un reparto de beneficios de las corporaciones multinacionales mediante un formulario.
Exigir una tasa impositiva corporativa mínima efectiva de al menos el 22% e introducir impuestos complementarios nacionales obligatorios para que las ganancias de jurisdicciones con impuestos más bajos alcancen efectivamente dicho mínimo. Además, permitir impuestos complementarios nacionales opcionales hasta la tasa impositiva nacional.
Facilitar el intercambio automático y obligatorio de información entre todos los Estados miembros de la UE, con el nuevo Ministerio de Finanzas de la UE como institución coordinadora, tal como se propone en la Ley de Reforma de la UE.
Registro Central Europeo de Datos de Riqueza Financiera
El Ministerio de Finanzas de la UE, propuesto en la Ley de Reforma de la UE, debería implementar un registro patrimonial central fusionando datos de varias fuentes, como los impuestos nacionales y los datos del registro inmobiliario. Este ministerio puede cerrar una brecha de información sobre la distribución y geografía de la riqueza. Este Ministerio deberá:
Ofrecer intercambio de datos con otros registros similares en todo el mundo.
Negociar acuerdos para el intercambio mutuo de dichos datos con las cámaras de compensación de los centros financieros internacionales.
Aplicar las normas de la UE sobre la obligación de establecer registros de beneficiarios reales, con el objetivo de que los inversores inmobiliarios ya no puedan esconderse detrás de empresas fachada anónimas.