Europa ante el Desafío del Conflicto entre Armenia y Azerbaiyán
El 21 de septiembre conmemoramos la independencia de Armenia en 1991 y el Día Internacional de la Paz, pero este ambiente de celebració se ve ensombrecido debido a la agresión de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj. Se necesita mediación europea efectiva y soluciones innovadoras para la paz.
Por Rachele Arciulo, copresidenta de Volt España, y Jean-Luc Perron y Sven Franck, miembros de Volt Francia.
Hoy se conmemora la independencia de la República de Armenia, lograda en 1991 en los últimos días de la URSS y también el Día Internacional de la Paz. Sin embargo, este año, la atmósfera está lejos de ser festiva. En el silencio ensordecedor de la comunidad internacional, el mundo hoy es testigo no solo de un genocidio en tiempo real, sino también de una anunciada limpieza étnica. En este Día de la Paz, es más urgente que nunca recordar que este día marca un momento sombrío para la humanidad, especialmente cuando consideramos las miles de familias atrapadas en un conflicto que parece haber agotado la esperanza de autonomía y libertad en Nagorno-Karabaj.
"Comparto una conexión personal con este conflicto, ya que fue lo que me inspiró a entrar en la política. En Artsakh aprendí que incluso teniendo la razón, uno puede enfrentarse a la derrota. Reconozco que la fuerza puede herir el espíritu y que a veces, el coraje no recibe la recompensa que merece.", comenta Rachele Arciulo, co-Presidenta de Volt España.
El 21 de septiembre se conmemora la independencia de la República de Armenia, lograda en 1991 en los últimos días de la URSS. Sin embargo, este año, la atmósfera está lejos de ser festiva. En una triste violación del acuerdo de alto el fuego del 10 de noviembre de 2020, bajo los auspicios de Rusia, Azerbaiyán inició una campaña de bombardeos intensivos contra las poblaciones y el territorio de Nagorno-Karabaj.
Esta agresión militar llegó tras casi 300 días en los que 120,000 armenios en Nagorno-Karabaj permanecieron aislados de suministros esenciales como alimentos, medicinas y energía, debido al bloqueo por parte de las fuerzas azerbaiyanas del corredor de Lachin, la única vía terrestre de comunicación entre Armenia y Nagorno-Karabaj.
Azerbaiyán continuó manteniendo este bloqueo a pesar del mandato de la Corte Internacional de Justicia el 23 de febrero de 2023. Aunque recientemente se permitió la entrada de un camión de ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja a Nagorno-Karabaj, decenas de otros fueron impedidos en Lachin. El objetivo inequívoco de Azerbaiyán era privar de alimentos a los habitantes de la autoproclamada República de Artsakh, el nombre armenio para el territorio encerrado dentro de Azerbaiyán, y posiblemente provocar una limpieza étnica al empujar a sus residentes a abandonar sus tierras ancestrales.
Luis Moreno Ocampo, ex Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional, no dudó en hablar de un intento de genocidio. A pesar de décadas de conversaciones de paz entre Armenia y Azerbaiyán dentro del marco del Grupo de Minsk de la OSCE, no surgió una solución real para Nagorno-Karabaj.
En este contexto, instamos a las instituciones europeas a que actúen como mediadoras para buscar una solución que permita mantener la autonomía en la región. La Unión Europea ya estuvo involucrada en misiones militares y civiles en todo el mundo como parte de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD). Tomó la iniciativa de crear la misión EUM ARMENIA, encargada de observar las fronteras de Armenia y Nagorno-Karabaj. Pero dada la nueva situación creada por la agresión de Azerbaiyán, la Unión Europea debió ir más allá asegurando no solo el corredor de Lachin, sino también promoviendo y garantizando un alto el fuego efectivo.
Europa también debería contribuir a una solución estable a largo plazo para Nagorno-Karabaj. Soluciones innovadoras desarrolladas y discutidas para resolver este conflicto podrían haber sentado un precedente e inspirado otras áreas de tensión. La ONU podría haber otorgado un mandato a una coalición de países europeos dispuestos a comprometerse a garantizar la seguridad y el desarrollo de la población de Nagorno-Karabaj durante veinte años, bajo la protección de una fuerza policial internacional. Una solución de este tipo no habría cuestionado el principio de que Nagorno-Karabaj pertenece a Azerbaiyán. Podría haberse concebido un arreglo de "doble soberanía", reconociendo dos entidades co-soberanas sobre el mismo territorio, con Azerbaiyán pudiendo ejercer su soberanía solo en los límites establecidos para garantizar la libre administración de Nagorno-Karabaj por parte de sus representantes electos. Ya existen ejemplos de co-soberanía sobre un mismo territorio. La Asociación del Sur de Schleswig, por ejemplo, es una minoría danesa que vive en el norte de Alemania. No está sujeta al umbral obligatorio del 5% para las elecciones, y por lo tanto está representada en parlamentos municipales, regionales y nacionales. En las democracias, la representación política ofrece una forma alternativa de crear las condiciones para la estabilidad y la cooperación.
Con la rendición forzada de las tropas de Nagorno Karabaj desaparece la esperanza de autonomía y libertad.