Sobre el plan para ampliar los aeropuertos de Barcelona y Madrid
El gobierno central comunicó este martes la inversión de 3.300 millones de euros para ampliar los aeropuertos de Madrid y Barcelona. Desde Volt queremos reflexionar sobre esta enorme inversión por parte de los gobiernos de ambas comunidades autónomas y de España.
Sin lugar a dudas, la inversión en estos nodos de transporte, los dos aeropuertos nacionales más importantes de España, señalan la preocupación y el interés de la administración por mejorar las comunicaciones de nuestro país. Pero debemos de preguntarnos si esta es la mejor opción. En Volt entendemos que no por dos motivos.
Impacto medioambiental
El primero es el impacto medioambiental que actualmente tiene la aviación por el uso de turborreactores y combustibles fósiles. Esta es una fuente importante de contaminación acústica y polución del aire que afectan considerablemente a las localidades cercanas.
Además, su impacto climático tanto por la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) como por la formación de estelas de condensación es preocupante. Aunque su actual contribución representa alrededor de un 5% [1], es más contaminante por pasajero que el ferrocarril considerando altas tasas de ocupación y orografía favorable (reduciendo la necesidad de túneles/puentes), aunque se encuentra por detrás del uso individual del vehículo privado de gasolina o diesel (la tasa de ocupación media de este es alrededor del 1.5) [2].
Estudios recientes afirman que incluso teniendo en cuenta el impacto del COVID-19, el sector no logrará conseguir los objetivos del acuerdo de París con el uso de tecnologías y regulaciones actuales [3]. Es más, se espera que su contribución incremente con el desarrollo global y tengan efecto las actuales regulaciones climáticas sobre la energía y otros modos de transporte. Desde este punto de vista, la ampliación de los aeropuertos solo traerá una mayor problemática ambiental a estas dos ciudades y al resto del planeta.
Los factores ambientales afectados no se basan solo en las emisiones producidas por la aviación, sino por el efecto a los ecosistemas cercanos. Especificamente es de especial preocupación en el caso del aeropuerto de El Prat ya que el plan de su ampliación afectaría directamente a la Laguna de la Ricarda, que es un espacio protegido incluido en la Red Natura 2000, lo que significa que, para llevar a cabo estas obras, se deberá contar con el permiso de la Unión Europea. Entre estos efectos adversos podemos destacar la contaminación acústica, la calidad del aire o el efecto sobre la biodiversidad.
Fomenta la despoblación
El segundo es la inversión casi exclusiva dirigida a las dos mayores urbes nacionales, Madrid y Barcelona. Con los problemas de comunicación existentes en España, con regiones con un gran déficit de comunicación como Extremadura, Levante o toda la zona norte, se sigue apostando por una centralización que seguirá alimentando el éxodo de las zonas más despobladas de España.
En este sentido, aún siendo Volt Europa un movimiento paneuropeo que busca una Unión Europea más fuerte en su conjunto, entendemos que ésta no se puede construir sin un modelo económico-social sostenible. Por ello defendemos medidas que construyan esa Europa incluyendo a los núcleos rurales, luchando contra la despoblación.
Así, apostamos firmemente por la inversión en redes de comunicaciones rurales más allá de las grandes urbes, ya sea mediante ferrocarriles, autobuses regionales y competitivos, bicicletas y automóviles de cero emisiones, que nos retribuyan beneficios socioculturales, patrimoniales y económicos a medio y largo plazo.
Nos gustaría llamar la atención del gobierno central, ya que esta iniciativa empeoraría dos problemáticas como son la despoblación y el medio ambiente, sobre las que han dejado ver su preocupación como temas sensibles para la administración.
Apostar por el ferrocarril
Sin duda la mejora de la red ferroviaria podría otorgar respuesta a estos dos puntos propuestos al ofrecer una alternativa más[1] económica y más sostenible que mejoraría la comunicación de regiones que ahora mismo se encuentran muy alejadas de los grandes corredores existentes.
Desde Volt apoyamos una Iniciativa Europea Ciudadana (ICE) llamada Eurotrain en la que apostamos por la introducción de una red ferroviaria europea única. Esta tiene como objetivo el fomento de más líneas ferroviarias de alta velocidad, más trenes nocturnos y un único sistema técnico y de expedición de billetes, apoyado por el uso de los fondos de cohesión. De este modo, trabajaremos para que los viajes en tren, no solo en España sino en toda Europa, sean más fáciles, rápidos e inteligentes, y por tanto más competitivos con el transporte aéreo y por carretera.
Con los ambiciosos y urgentes objetivos de reducción de emisiones fijados en el marco del Pacto Verde Europeo, existe una necesidad acuciante de desarrollar un transporte más limpio.
El ferrocarril es el modo de transporte masivo más ecológico, con un bajo impacto en la calidad del aire y menores costes sociales, cuando se planifica para rutas adecuadas con alta ocupación y bajo impacto de su construcción [2]. Trasladar más tráfico al ferrocarril e incrementar la intermodalidad es una parte clara de la solución a nuestra crisis climática, pero para ello tenemos que hacer que los viajes en tren sean más fáciles, sostenibles, accesibles, rápidos e inteligentes para todos.
Retos del ferrocarril
Para conseguirlo, y así avanzar hacia los objetivos climáticos fijados en el Green Deal, son necesarias varias medidas para hacer frente a los retos actuales: una red ferroviaria de alta velocidad inadecuada y desconectada, sistemas técnicos y de emisión de billetes diferentes que introducen complejidad y retrasos (en particular en comparación con el sector aéreo), y una inversión insuficiente.
No solo es importante conseguir un cambio de movilidad como con el uso de ferrocarril de larga distancia, sino que hay que revolucionar la aviación actual. Esta puede tener varias ventajas como el uso reducido de infraestructura y menor tiempo en los viajes de muy larga distancia e intercontinentales. Para ello, hace falta un impuesto a su impacto acorde a sus daños en todos los modos de transporte, desarrollar aviones verdaderamente sostenibles mediante electrificación, uso de hidrógeno y cambios operativos en el tráfico aéreo para volar por zonas donde se evite la creación de estelas de condensación y otras nubes. En esto, los aeropuertos juegan un papel fundamental para reducir el impacto en tierra con el uso de energía renovable y conexiones ferroviarias.
Además, estos tienen que adaptarse a los nuevos modelos de aviones sostenibles e incluso desarrollar una infraestructura energética que pueda abastecer de hidrógeno verde o mayor electricidad [4]. En Volt proponemos esta revolución como parte de nuestro Programa de Transición Energética para la Unión Europea. Por ello, cualquier ampliación o modificación aeroportuaria española debe estar orientada hacia el cumplimiento de estos objetivos.
Fuentes
[1] Transport and Environment, “Flying and Climate Change”, https://www.transportenvironment.org/topics/planes
[2] European Environmental Agency, “Transport and Environment Report 2020: Train or Plane?” EEA Report No 19/2020
[3] Grewe, V., Gangoli Rao, A., Grönstedt, T. et al. Evaluating the climate impact of aviation emission scenarios towards the Paris agreement including COVID-19 effects. Nat Commun 12, 3841 (2021). https://doi.org/10.1038/s41467-021-24091-y
[4] Euroactiv, May 2020, “Hydrogen-powered aviation, A fact-based study of hydrogen technology, economics and climate impact by 2050”