Reforma de la UE
Problema
Una Unión Europea plenamente integrada sigue siendo un trabajo en progreso. No se puede lograr una "Unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa" si no damos pasos ambiciosos hacia una UE federal.
Esta Unión es hoy tan esencial como lo fue cuando se creó tras la Segunda Guerra Mundial y se está convirtiendo cada vez más en una necesidad geopolítica. Cuestiones como el cambio climático, la migración, la competencia económica global y el desprecio por el orden internacional basado en reglas no pueden ser abordadas por actores pequeños e individuales, sino que exigen una acción unificada. Incluso dentro de la UE, la estructura actual permite a cualquier Estado miembro bloquear leyes, paquetes de sanciones o acuerdos comerciales cruciales que pueden ser de importancia fundamental para millones de ciudadanos europeos. Para ofrecer beneficios tangibles y servir mejor a sus ciudadanos, se requiere una reforma.
La “Ley de Reforma de la UE” busca fortalecer la capacidad de la UE para la acción colectiva, asegurando que los Estados miembros colaboren eficazmente para abordar los desafíos compartidos. Para ello es fundamental reforzar la legitimidad democrática de la UE. El marco institucional actual prioriza los intereses de los Estados miembros sobre los de los ciudadanos, creando procedimientos de toma de decisiones que son ineficientes y están fuertemente influenciados por el interés nacional, lo que limita la capacidad de la UE para actuar con rapidez, con ambición y en interés de los ciudadanos.
Con la ampliación de la UE en el horizonte, las viejas formas de toma de decisiones también requieren reformas para reflejar la infinidad de desafíos interconectados que enfrentamos. Otras voces en el Consejo intensificarán el debate y correrán el riesgo de un estancamiento regular. Al mismo tiempo, el Parlamento Europeo, la única institución de la UE elegida directamente, sigue sin poder proponer legislación y debe esperar a que otras instituciones actúen.
Establecer una Constitución europea y un gobierno electo de la UE aumentará la transparencia y colocará a los ciudadanos y la legitimidad democrática en el centro de la democracia europea. Cerrar la brecha entre los ciudadanos y las instituciones no sólo reforzará la confianza en la Unión, creará una verdadera democracia representativa europea y contrarrestará la dañina desilusión en el sistema político, sino que también brindará a la UE la capacidad de responder eficazmente a los desafíos tanto internos como externos. Finalmente, sólo a través de una verdadera unión fiscal y monetaria podremos lograr un sistema cohesivo, unificado y transparente que mejore la capacidad de la UE para abordar los shocks económicos de manera efectiva.
Propuestas de Volt
Convocatoria de una convención europea sobre una Europa federal.
En la nueva legislatura se iniciará una convención europea para reformar los Tratados europeos.
Partiendo de la propuesta del Parlamento Europeo para reformar la UE, la Convención debería participar a través de debates ciudadanos para definir y dar forma a los valores, competencias, objetivos y elementos de cómo debería ser una Europa federal.
Esta Convención conducirá a una Declaración Federal Europea y la base legítima para una Convención Constitucional para redactar una Constitución Europea que establezca una Europa federal basada en la legitimidad y la responsabilidad democráticas.
Reformar la Comisión Europea para convertirla en un gobierno europeo.
En lugar de la actual Comisión Europea, debería elegirse un Primer Ministro de la UE utilizando el sistema de candidatos principales (Spitzenkandidaten) en el Parlamento Europeo.
El Primer Ministro encabeza un Gabinete de Ministros representativo, cuyo tamaño no está determinado por el número de Estados miembros, sino por las necesidades del gobierno de la UE y sus ciudadanos.
Los ministros son propuestos por el Primer Ministro y deben ser confirmados por el Parlamento Europeo. Cada Ministro dirigirá un Ministerio que sustituirá al actual sistema de Direcciones Generales de la Comisión Europea.
Este poder ejecutivo será responsable ante los votantes, el Parlamento Europeo y el Senado Europeo.
Conceder la iniciativa legislativa al Parlamento Europeo.
El papel del Parlamento Europeo debe pasar de ser un mero codecisorio de leyes a iniciar nueva legislación, un poder que sería compartido con el Gobierno europeo.
Un umbral de una décima parte de los diputados de al menos tres grupos o un grupo político debería poder proponer nuevas leyes.
El gobierno de la UE es consultado y puede proponer enmiendas, aunque el poder de voto recae en los colegisladores: el Parlamento Europeo y el Senado Europeo.
Creación de un Senado europeo.
El Consejo de la Unión Europea debería transformarse en el Senado Europeo, que actuaría como la segunda cámara de la UE.
El Senado europeo representaría a los Estados miembros con un número igual de senadores por Estado miembro designados por los parlamentos nacionales. Esta cámara tendría un número igual de senadores por estado miembro, asegurando que todos los estados tengan la misma voz en el proceso legislativo.
El Senado podría proponer enmiendas a cualquier legislación propuesta por el Parlamento o el Gobierno europeo.
Garantizar la capacidad de tomar decisiones mediante votación por mayoría cualificada (QMV) en lugar de por unanimidad.
Esto es especialmente relevante para aquellos temas que actualmente entran dentro de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), por ejemplo, las sanciones, pero también para la ampliación o la fiscalidad. Para determinadas decisiones, como cambios de tratados, despliegues militares o ampliación de la UE, se aplicará una forma de votación por mayoría cualificada reforzada.
Transformar el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en un Tribunal Constitucional y hacer que las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sean universalmente vinculantes para todos los Estados miembros
Transformar el TJUE será un paso crucial para consolidar los fundamentos legales y democráticos de la Unión Europea, consolidar una interpretación uniforme de las leyes de la UE y afirmar la primacía de la legislación de la UE.
Además, promete profundizar el compromiso democrático al empoderar a los ciudadanos y a los Estados miembros con una plataforma estructurada para cuestionar y examinar las decisiones de la UE sobre bases constitucionales y basadas en derechos fundamentales.
Hacer que los fallos del TEDH sean universales traerá uniformidad a los estándares de derechos humanos en todo el bloque, incentivando el cumplimiento proactivo y agilizando los procesos de aplicación.
Crear una verdadera unión fiscal y monetaria.
Reformar la arquitectura fiscal de la Unión Europea triplicando el presupuesto de la UE para proporcionar inversiones, abordar los desequilibrios sociales y protegerse contra las crisis económicas.
Una Europa democrática debería poder recaudar sus propios impuestos, especialmente sobre el consumo insostenible y la grave desigualdad de riqueza, para financiar su propio presupuesto, respaldado por normas presupuestarias claras y vinculantes para los Estados miembros y una mayor flexibilidad que en los actuales criterios de Maastricht.
Promover la mutualización de la deuda, permitiendo a los Estados miembros transferir parte de su deuda nacional a deuda europea, con el objetivo de fomentar las inversiones en proyectos de desarrollo económico. La creación de dicha deuda europea salvaguardará la estabilidad financiera en un mercado financiero integrado. Al mismo tiempo, la nueva unión fiscal y monetaria debería proporcionar herramientas institucionalizadas más efectivas para garantizar que los Estados miembros mantengan un presupuesto equilibrado en términos estructurales.
Crear instrumentos presupuestarios que aumenten automáticamente el gasto en las crisis y permitan una mayor flexibilidad presupuestaria si se avecina una recesión para capear las crisis macroeconómicas cíclicas.
Instar a los Estados miembros restantes a adoptar el euro, fomentando la cohesión y la estabilidad económicas.
Crear un mandato dual para el Banco Central Europeo (BCE), que garantice tanto la estabilidad de precios como el empleo, comprometiéndose con una Europa que prospere gracias a la prudencia financiera y al crecimiento inclusivo.
Establecer un Ministerio de Finanzas de la UE para actuar como regulador, estableciendo y armonizando estándares para las administraciones tributarias nacionales.
Aplicación de la normativa de la UE a nivel europeo
Establecer autoridades independientes a nivel europeo, en colaboración con investigadores y la sociedad civil, para supervisar la aplicación y el cumplimiento transfronterizo de las regulaciones, por ejemplo, las regulaciones sobre los derechos de los ciudadanos. Esto es especialmente importante para hacer cumplir el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), donde los enfoques nacionales han sido inadecuados.