V de verdadera democracia

La verdadera democracia es simple: que todos podamos escoger como vivir en paz, con derechos y justicia para todos y con las mismas oportunidades.

Que nadie se salte la cola, que nadie esté por encima de nadie, ni de la ley. Que las instituciones estén para servir a la gente, no a los partidos. Y que todos tengamos las mismas oportunidades de prosperar y tener éxito.

V de verdadera democracia

Pero en España esta verdadera democracia se ha roto. Hoy la política funciona como un club cerrado donde manda la vieja política:

- Partidos condenados que siguen financiándose con dinero público.

- Puestos repartidos por cuotas, no por mérito.

- Enchufes a familiares y amigos en empresas pagadas con nuestros impuestos.

- Contratos y subvenciones dadas en la sombra a cambio de favores.

- Instituciones convertidas en agencia de empleo para partidos.

Esto no es solo corrupción: es un sistema clientelar que bloquea cualquier cambio y mejora. Un sistema que protege a unos pocos a costa de dejar a millones sin soluciones y cada vez más pobres. Y mientras tanto, la gente pierde la confianza, se aleja de la política y los problemas de verdad siguen sin resolverse.

Volt propone cambiar el juego. No solo las reglas del juego: Medidas claras y probadas en Europa para devolver la democracia a la ciudadanía: transparencia absoluta en cada contrato, financiación justa y controlada directamente por los ciudadanos, y un sistema donde las instituciones solo puedan trabajar para el beneficio de todos nosotros, no para unos pocos.

Acordeón de 4 botones

Medidas clave

El problema: En España, los partidos condenados por corrupción ¡siguen recibiendo dinero público!

Es decir: después de robar a la ciudadanía, se les premia con más dinero de la misma ciudadanía.

El resultado es demoledor:
- Se deja seguir a partidos corruptos que deberían pagar por robar.
- Se rompe la confianza en todo el sistema democrático, aunque otros lo hagan bien.
- Y se lanza un mensaje letal: “Roba, que la corrupción sale rentable”.


Nuestra solución: Con Volt, si un partido roba el dinero de todos, pierde inmediatamente el derecho a financiación pública. Ni un euro de los ciudadanos irá a quienes han delinquido. Así protegemos el dinero de todos, se obliga a subir el nivel a los partidos políticos y se les presiona para que vigilen a sus cargos para que no metan la mano en la caja. Porque una democracia limpia y funcional empieza por cortar de raíz los privilegios de los corruptos.

El problema: Aunque los partidos políticos españoles se financian con dinero público de todos nosotros, ese dinero se reparte de forma automática según el tamaño de cada partido. Estas leyes están hechas para beneficiar siempre a los más grandes y quitar reducir la rendición de cuentas ante los ciudadanos.

Al mismo tiempo, los partidos también reciben grandes donaciones privadas que compran influencia y privilegios por quienes tienen más dinero y pueden pagar más.

El resultado: los ciudadanos pagan millones cada año a partidos que ni siquiera tienen que rendirles cuentas, mientras estos miran más a quienes financian sus campañas que a la ciudadanía a la que deberían servir.

Nuestra solución: Volt propone el Cheque de Igualdad Democrática (CID): cada ciudadano recibirá un cheque simbólico para distribuir los fondos públicos ya destinados a partidos, y decidirá libremente a qué partido asignarlo.

Esto mejora reglas para:
- Todos los partidos, grandes o pequeños, compiten en igualdad de condiciones.
- La rendición de cuentas deja de ser cada cuatro años y pasa a ser cada año: si un partido roba, engaña o incumple, puedes dejar de darle tu cheque.
- Obliga a los partidos a escuchar de verdad: si quieren tu apoyo, tienen que hablar contigo, convencerte y responder a lo que pide la ciudadanía.
- Se corta la dependencia de grandes donantes privados.
- Ahorro de dinero: se redistribuye lo que ya existe, pero con control ciudadano. Y sí no quieres asignarlo, se reinvierte en abaratar los procesos electorales.

Con el CID, la política deja de ser un privilegio de quienes más pueden pagar y se convierte en un contrato constante con la gente. El poder vuelve a las manos de los ciudadanos, donde siempre debió estar.

El problema: En España, pese a ser una democracia, los puestos más importantes desde el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hasta la Fiscalía o los reguladores económicos se reparten como cromos entre partidos. Es decir, a dedo.

Y pese a las denuncias y avisos de la Unión Europea, es un problema cada vez mayor.

El resultado es muy preocupante:
- Bloqueos eternos en nombramientos clave.
- Órganos que deberían ser independientes convertidos en rehenes del juego político.
- Una justicia más lenta, menos justa y demasiado vulnerable a los intereses de los altos cargos políticos.

Es como dejar a los zorros a cargo del gallinero. Y al final lo pagamos todos: con instituciones que pierden credibilidad, con partidos enredados en peleas por el poder y con los problemas reales olvidados y sin resolverse.

Nuestra solución Con Volt, los altos cargos se elegirán por lo que han hecho y demostrado, no por el carné que lleven en el bolsillo.

Un sistema basado en trayectoria profesional, experiencia y méritos objetivos, supervisado por comités independientes.

Este modelo es el básico en otras democracias europeas, donde la justicia es más ágil, más imparcial y donde la gente confía mucho más en sus instituciones.

España merece lo mismo: una democracia donde los cargos públicos sirvan al bien común, no a los partidos y en la que podamos confiar plenamente.

El problema: En España, los contratos públicos, subvenciones y adjudicaciones se publican tarde, incompletos o escondidos en burocracia.

Eso abre la puerta a favoritismos, sobrecostes y redes clientelares que desvían dinero de todos hacia unos pocos.

Sin luz, la corrupción crece en la oscuridad que deja. Nuestra solución: Volt apuesta por un modelo de transparencia radical en tiempo real: cada contrato, cada adjudicación y cada euro de subvención será accesible al instante y en datos abiertos.

Pero no solo se trata de publicar: se trata de hacerlo útil. Por eso, la información estará organizada en tablas fáciles de comparar, con buscadores y plataformas virtuales inspiradas en modelos como el estonio, donde todo es accesible en segundos para cualquier ciudadano.

Esto significa:
- Que cualquiera pueda comprobar de un vistazo cuánto costó una obra o a quién se adjudicó un contrato.
- Que se acaben los contratos a dedo en emergencias o los sobrecostes en obras públicas.
- Que la ciudadanía pueda vigilar el dinero público como lo que es: suyo.

La luz es el mejor antídoto contra la corrupción. Con Volt, la transparencia será total, comprensible y accesible para todos.